Los robos en viviendas son cada vez más innovadores. Los asaltantes van evolucionando e intentan acceder hasta las viviendas de manera cada vez más discreta. El bumping es uno de esos métodos sutiles y silenciosos que apenas deja rastro y que es difícil de combatir por parte de los propietarios, pero no imposible.Durante el año 2018, el bumping se incrementó en un 30%. El mejor modo para evitar estos intentos de robo es cambiar la cerradura e instalar una con mayor nivel de protección que garantice más seguridad.

¿Qué es el bumping?

El bumping es una técnica que consiste en la introducción de una llave maestra en la cerradura sobre la cual se dan unos golpes para hacer mover los cilindros de seguridad que componen el mecanismo de cierre. Así se provoca una apertura limpia de la puerta que es discreta y no produce ruido excesivo, de modo que no alerta a los vecinos de que está produciendo una acción delictiva.El bumping se realiza de manera simple y sobre todo muy rápida. En la actualidad, un alto porcentaje de las puertas en las viviendas tienen un mecanismo de seguridad obsoleto, frágil ante intentos de bumping.

Cerraduras antibumping

Desde el sector de la cerrajería se advierte de la necesidad de colocar en la vivienda cerraduras resistentes al bumping. El asesoramiento por parte de los profesionales cerrajeros es fundamental para escoger la mejor estructura teniendo en cuenta el entorno en el que se vaya a instalar.Las cerraduras más modernas, resistentes al bumping, están compuestas por materiales capaces de aguantar las acometidas de los ladrones. Este motivo es el que explica que cada vez más propietarios contraten los servicios de cerrajeros profesionales y que, además de cerraduras antibumping opten por otras medidas de seguridad en sus viviendas como sistemas de alarma y videovigilancia.